miércoles, 26 de diciembre de 2007

La Avenida Salvador Allende, dormitorio de los pajaritos

Los árboles de la avenida de Salvador Allende (antes avenida de Carlos III) sirven de dormitorio a miles de pájaros que se concentran en ese lugar para pasar la noche después de haber forrajeado su alimento todo el día.
En la mañana se despiertan formando una inmensa algarabía. No conozco el motivo o la función que cumple ese griterío. Quizás se estén repartiendo los trabajos del día y sean muy indisciplinados para aceptar la tarea asignada a cada cual. Lo cierto es que el espectáculo es alegre y refrescante. Cada mañana, cuando voy camino a mi trabajo, me detengo un minuto a escuchar el alegre vocerío.
De paso te cuento que la avenida Salvador Allende es una vía recta y ancha, de cuatro carriles, ubicada en el centro de La Habana, que corre desde la calle Belascoaín (Padre Varela) hasta una intersección en que confluyen la avenida de Paseo, la de Boyeros y la calle Zapata.
En Salvador Allende se ubican algunos de los edificios más importantes de la capital cubana, como el Edificio Masónico que en casi su totalidad sirve de sede a la principal logia de la masonería cubana. Es un bello edificio rematado por un globo terráqueo de grandes dimensiones.
También en esa avenida se encuentra la organización no gubernamental más antigua de Cuba: la Sociedad Económica Amigos del País, fundada en el siglo XVIII por ilustres cubanos con el propósito de fomentar el desarrollo económico y cultural de la mayor de Las Antillas.
Hoy en su sólido edificio, construido con piedra de Jaimanitas, se alberga también el Instituto Cubano de Literatura y Lingüística.
Otro importante enclave de la otrora avenida de Carlos III, es la Quinta de los Molinos, residencia de descanso de los capitanes generales que gobernaron a Cuba durante la colonización ibérica.
El Hospital Freyre de Andrade, comúnmente conocido como Emergencias, ubicado en Salvador Allende entre Hospital y Espada, fue el primer edificio de mampostería levantado específicamente para hospital en La Habana. Este vendría a sustituir el vetusto hospital de madera emplazado cerca de allí. Por cierto, fue en el Freyre de Andrade donde exhaló su último suspiro el genial cantante cubano Beny Moré.
Allí se albergó también el Instituto Nacional de Cirugía y Anestesiología, por lo que este recinto hospitalario es conocido también como INCA.
Hasta la intersección de Carlos III y Subirana llegaba la línea del primer ferrocarril que funcionó en Cuba, entre este punto y el poblado de Bejucal.
Otras importantes industrias y centros comerciales se alinearon o se alinean a ambos lados de esta populosa avenida. Entre ellos la Plaza Carlos III un importante centro comercial en funciones actualmente en un edificio que fue estacionamiento para automóviles y que aún conserva las rampas de acceso.
Y el Colegio Veterinario y la Facultad de Odontología. Nada, toda una arteria metropolitana.
De otras calles habaneras hablaremos en otro artículo.

La Palma Real

La Palma Real es una de las palmeras más altas y robustas del mundo. Puede alcanzar hasta 30 metros de altura. Su follaje perenne está formado por largas hojas compuestas, conocidas en Cuba como pencas. A pesar de que ese follaje ofrece una gran resistencia al viento, es muy raro que una Palma Real sea derribada, aún en medio de los fuertes ciclones que azotan el Caribe. El secreto está en su tallo, compuesto por duras fibras alineadas y unidas entre si por una materia algo esponjosa. El tronco es más duro en el exterior y más suave en el corazón. A mí me recuerda una vara de pescar hecha de resina epóxica y fibras de vidrio.
Las raíces de estas palmeras se fijan fuertemente al suelo dificultando también que sean arrancadas.
Este árbol se distribuye por todo el territorio cubano y crece en casi cualquier tipo de suelo y hasta altitudes bastante grandes.
Para los campesinos ha resultado siempre una importante fuente de recursos, expondré algunos de sus usos.
Su tronco, seccionado longitudinalmente y libre del centro más blando, constituye excelentes tablas con las que se pueden fabricar paredes de casas.
Sus hojas (pencas) sirven para techar esas casas llamadas bohíos y que fueron, por mucho tiempo las viviendas típicas del campesino cubano.
Hoy las pencas son indispensables en el techado de las casas de curar tabaco pues garantizan en el interior el ambiente de temperatura y humedad ideales para ese proceso.
La parte más baja del follaje, que envuelve el tronco en forma de capas se llama yagua y también sirvió para hacer las paredes de casetas conocidas como bajareques usadas como viviendas provisionales o depósitos de semillas u otros recursos.
Las yaguas son insustituibles para envolver la hoja del tabaco para su almacenamiento.
Con las yaguas se puede incluso, confeccionar calzado.
La fruta, llamada palmiche, es el alimento principal de muchas especies silvestres y muy utilizado también en la alimentación de los cerdos por su elevado contenido graso.
El palmito es la parte más interna del cogollo de la palmera, el centro de la parte cubierta por las yaguas. Es una materia blanca, firme y jugosa con un sabor suave y agradable que se puede consumir de diversas maneras y hasta crudo. Al derribar las palmas con cualquier fin, el campesino utilizaba esta parte como alimento.
La Palma Real es el árbol nacional de Cuba. Está presente en el escudo nacional. Su figura altiva y su resistencia a los elementos le dan una apariencia majestuosa y serena.
Hoy la Palma Real está protegida por las leyes y no se puede talar, salvo que sea indispensable y con la debida autorización. Además, ya los campesinos cubanos no tienen necesidad de construir sus viviendas con tablas de palma, aunque muchos prefieren aun las pencas para sus techos.

¿Por qué Colibrí Azul?


El colibrí es un ave endémica de Cuba. Por su delicadeza y belleza es uno de los especimenes más apreciados en la avifauna nacional. Muchos poetas y trovadores lo han mencionado en sus obras y pintores de reconocida fama lo han llevado a sus lienzos.
El colibrí tiene un plumaje colorido y tornasolado entre verde y azul por lo que algún que otro poeta lo ha calificado como joya volante.
Su manera de volar también es curiosa, pues casi nunca se posa. Sus alas baten a una velocidad tal que resulta imposible distinguirlas a simple vista. El colibrí vuela como un helicóptero: se desplaza hacia delante, hacia atrás, arriba y abajo cambiando rápidamente de dirección o se mantiene casi estático como si flotara en el aire.
Hasta su alimentación es poco común, pues este pajarillo liba el néctar de las flores. Para comer tampoco se posa.
En los lados de su largo pico se pegan granos de polen que luego son transferidos a otra flor, convirtiéndolo también en un agente polinizador.
Y una cosa curiosa: hay un insecto que aprovecha el momento de alimentación del colibrí para caminar por el pico y acomodarse en la cabeza y cuando el pajarito se va a libar otra flor, el insecto se baja de su transporte aéreo como si tal cosa.
Cuba cuenta con una variante de colibrí que es el ave más pequeña del mundo. Es conocido como zunzuncito o pájaro mosca.
A mi me fascina el colibrí, por su rareza, por eso no dudé en nombrar así a mi blog.
En otros artículos estaré contándoles sobre otras raras aves cubanas como el Cartacuba o Pedorrera, otra joyita con alas.